Mujeres florero

Siempre he considerado que las cortes de honor exclusivamente femeninas, que se asocian a muchas de nuestras fiestas populares, y los concursos de belleza donde se corona como ganadoras a aquellas mujeres consideradas, presuntamente, como las más guapas, hacen un flaco favor a la lucha por la igualdad real entre hombres y mujeres.

Es de justicia reconocer que cada vez son menos las mujeres que se prestan voluntariamente a ser consideradas una vulgar mercancía y a ser tratadas como meros objetos decorativos en función de una "belleza" que, previamente, ha sido seleccionada y valorada por un jurado que considera el aspecto externo como uno de los escasos atributos de los que pueden presumir las mujeres.

Aún así, no deja de ser una noticia agradable que un pequeño pueblo extremeño haya roto todos los mitos y tabúes eligiendo a una chicha transexual como dama de sus fiestas.

La decisión adoptada en la localidad pacense de Almendral, el pasado mes de agosto, es una forma de acabar con los estereotipos sexistas, un pequeño gesto a favor de la igualdad real que se produce en el entorno rural y del que muchos, supuestamente más cultos, modernos y tolerantes, deberían aprender.