Millones de familias españolas, y también portuguesas...

Millones de familias españolas, y también portuguesas, lo están pasando mal, muy mal, a consecuencia de la atroz crisis que nos atenaza.

En medio de este panorama desolador para muchos ciudadanos, la prensa nos sorprende con la noticia de que el futbolista Cristiano Ronaldo está triste. Un personaje tan bien pagado que las cifras de sus honorarios provocan alarma social, alguien que, en una falta de modestia sin precedentes, presume de ser rico, guapo y el mejor de todos los futbolistas, está triste y nadie conoce el motivo de su aflicción.

Atrás quedó aquel dicho que aseguraba que para ser feliz únicamente eran necesarias tres cosas: salud, dinero y amor. Ronaldo dispone de esos tres elementos en abundancia y, no obstante, los medios de comunicación se hacen eco de la gran melancolía que embarga su existencia.

Si Cristiano Ronaldo confiesa estar triste cobrando un sueldo cuya única mención provoca vértigos (¡más de 12 millones de euros anuales!), no quiero ni imaginar como sería su vida si para subsistir únicamente dispusiera de 426 € mensuales, como le sucede a muchos de nuestros compatriotas.