La incompetencia política es por sí sola, en sí misma...
La incompetencia política es por sí sola, en sí misma, una forma de corrupción.
En un país como el nuestro, donde los políticos aprenden la profesión en los antros sectarios y oscuros de los partidos, o como mucho en las cavernas de la Administración, la incompetencia es la norma, y lo contrario, la excepción.
La destreza en cualquier oficio, y el de la política lo es, se aprende en la vida ordinaria con su cultivo permanente, y a base de cotejar los resultados con los propósitos.
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