Esperpentos judiciales
Visten toga, lucen blancas puñetas y dicen impartir la justicia en nombre de Su Majestad el rey, pero los efectos de la naftalina con la que conservan sus atávicas vestimentas les lleva a sentenciar que el hecho de que un hombre propine un guantazo a su exnovia porque no resiste verla con otro hombre en un centro comercial no puede ser considerado como violencia machista. Imponiendo una ridícula multa de 50 € al agresor dan por zanjada la cuestión y se quedan tan panchos.
Ocurrió en Castellón (Reino de España) en el año del Señor de 2013, en pleno siglo XXI.
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