La "casta política"

Tras analizar detenidamente los resultados de las pasadas elecciones al parlamento europeo, una de las conclusiones más evidentes que se extrae de las urnas es que el actual sistema político, que ha venido funcionando en España desde el final de la dictadura, ha entrado en crisis y parece abocado a una catarsis total.

Cada vez se hace más evidente que el actual modelo ha acabado su ciclo y se hace necesaria una segunda transición, pero sin las restricciones y las ataduras que condicionaron la primera. Por eso es tan necesaria la regeneración del sistema que contribuya a la recuperación de la ilusión por parte de la ciudadanía.

Muchas son las causas que han provocado la crisis del sistema, pero a nadie se le escapa que la mal llamada “clase política” es una de ellas, sino la más importante.

Es evidente el hartazgo de los ciudadanos ante una política institucional que, según todos los indicios, ha servido a intereses espurios, como también es evidente el rechazo de la vieja clase política, cuyo relevo se hace cada vez más necesario a favor de una alternativa que recupere la confianza ciudadana y reinvente las estructuras de representación democrática.

Aunque parezca una obviedad, conviene recordar que nadie está obligado a entrar en política, pero a quienes se deciden a dar ese paso debería exigírseles, entre otras muchas cualidades, que tuvieran la voluntad de trascender.

España necesita políticos que no eludan la responsabilidad de tomar decisiones por miedo a “quemarse” y que ello suponga el final de su carrera pública.